ENRIQUE A. LAGUERRE temas. Se trabaja en una bibliografa puertorriquea, que habra de salir a la luz en 1932. Las gentes que van llegando de Espaa -Margot Ar- ce, Rubn del Rosario, el propio Pedreira, Antonia Saez- vienen con espritu de studio y examen. Nace el deseo de estudiar en Hispanoamrica -Concha Melndez va a Mxico- y con ello y los actos de gentes como Ri- char Pattee, crece el inters por lo hispanoamericano. De hecho fue Concha Melndez quien dio realidad a los studios latinoamericanos-. En algunos de ellos -en Pedreira particularmente- se afirma el espritu de la generacin de '98 espaola. Estas influencias no- ventayochistas no se han estudiado an convenientemen- te en Puerto Rico. Y en la Isla hay varias personali- dades formadas al calor de las actitudes noventayochistas. Pedreira lleva la voz cantante. Trata de interpreter nuestra historic. An no hay libro puertorriqueo que supere sus esfuerzos por explicar cmo somos, en Insu- larismo; se dir que hay juicios errticos y hasta erro- res de bulto, o lo que sea, pero es lo mejor que hemos hecho en esa fase del ensayo. Su pasin por lo jbaro recoge un haz de datos interesantsimos que luego se han ampliado en trabajos de los profesores Jos M. Coln, David Cruz y Ana M. Silva -los dos primeros inditos en el acervo de trabajos compuestos en el De- partamento de Estudios Hispnicos-, pero fu Pedrei- ra quien dio la seal. Sus juicios periodsticos, Aclara. cones y crtica- publicados pstumamente en forma de libro- fueron un seguro estmulo para nuestra crea- cin literaria. Dej otros libros, pero la mejor labor de