ENRIQUE A. LAGUERRE pginas se trasluce la recta tendencia renovadora, con Puerto Rico como punto de partida. En su segundo nmero -13 de mayo de 1929- lan- za la inquietante pregunta: "Cmo somos? qu so- mos?" Personalidades representatives de nuestra cul- tura trataron de contestar. Indice estuvo "vigilante, hur- gando en nuestro pasado, sin vivirlo", porque siempre apunt a lo porvenir, sin perder de vista la realidad del present. Sus dos aos de vida fueron una constan- te invitacin a abandonar los viejos modos. Aunque La Revista de las Antillas fue ms cosmopolita, Indice aventaj en sentido de realidad puertorriquea, sin ig- norar las seales del mundo. Modesta en su apariencia formal, la tarea cumplida no podr olvidarse. Se dedi- caron sus veintisiete nmeros a la posibilidad de con- testar la pregunta formulada en el segundo nmero, se- gn muy bien seala Fernando Sierra Berdeca. Nunca nos hemos esforzado ms por interpreter lo jbaro a fondo como desde 1929 hasta nuestros das. Abundan las monografas sobre la novela, el teatro, la poesa, la historic; examinamos la expresin puertorri- quea de los hombres notables de nuestro pasado; re- copilamos nuestra bibliografa; el ensayo avanza a con- vertirse en nuestra primera preocupacin literaria. Hay fiebre de interpretacin y de revaloraciones. Sobre lo jbaro. y el jbaro se escriben numerosos trabajos --en ellos vemos las seales de nuestra manera de ser-. Los gneros literarios buscan su tercera dimension. Hasta ponemos cuidado en recopilar las manifestaciones folklricas que podran haberse perdido y se impulsa, con redoblados bros, la enseanza del vernculo.