Despu6s: a comenzar de nuevo. Reconciliaci6n .de combatientes. Promesas, pactos pacifistas. Y, meses mks tarde, a armarse otra vez, por si se repite la finebre coseeha. Los veinte millones de caidos en la Gran Guerra jqu6 dicen a la conciencia universal? EL GRAN DIA: Al human dolor ningdn espiritu sensible debit. s.-r indiferente. Los odios seculares, los paetos secretos, los nacionalismos de barreras, las rencillas political, religiosas, econ6micas o sociales, tienen que acallarse, para dar paso al empefio coming que reclama una Opo- ca de rectiticaei6n y de equidad. Al esfuerzo de las asociaeiones consagiadas a predicar las exceleneias de la Paz, de los tratadistas, gobiernos, parlamentos, pu- blicistas, oradores, diplomiticos, debe corresponder la acci6n efectiva y constant de instituciones capaces (.* f, rjar <(onciencias y ofrecer al porvenir la se!.uri- dad de orientaciones concordantes con los principios que afirmen el sosiego y la felicidad de pueblos y lombres. Las jornadas realizadas, con ser dignificadoras y extraordinarias, no llegan a todas las conciencias. Es indispensable el inicio vigoroso de una acei6n reno- vadora de la magnitude concebida por el Presidente Roosevelt, de la que puedan derivarse finalidades prireticas que tengan efecto en la preparaci6n y ple- nitud del espiritu de los nuevos ciudadanos. 'Ha de irsp direetamente a la Escuela, porque de ella ha de salir el porvenir mediante la estruceturaci6n del pen- samiento de las generaciones que han de llevar a cabo el nuevo dfa de la humanidad en el continente ameri- eano. Hay que bregar, con persistent interns, en acercar a los pueblos y obtener que sus components se en- tiondan y se sientan igualmente responsables de id6n- - ticos ideales. Los t6rminos de Patria y Humanidad, no se exeluyen, y la Fraternidad y la Justicia, deben ser bhsieos pilares de la obra nueva y del nuevo sen- timiento. Or6ense comunes interests superiores. Reem- placen al egoismo y la violencia, la comprensi6n y el