A MI MAESTRO Maestro, ven, que tu sutil presencia se derrame en los ambitos de mi alma como un perfume de exquisite esencia, como un grato rumor de selva y de agua. A veces junto a mi, sin luz, te siento venir como vibrant sinfonia; hasta el limpio silencio de tu aliento inunda mi existencia de armonia. Y t~ me ensefias en secret el oro de este creador silencio del abismo que vive en mi, como un sutil tesoro, sepultado en el fondo de mi mismo. En el limited azul de mi sendero te miro como un sol, Maestro manso 93