EL ARBOL POETA La noche derram6 su cabellera por el cielo como una enredadera de florecillas de oro. 1as dos zarpas de un viejo viento hieren en las arpas que cuelgan de los arboles: las notas de sus sonantes cuerdas, las ignotas voces del c6sped que contempla el oro de las estrellas, el brillante coro de las risas del agua, todo embriaga mi coraz6n y el pensamiento vaga por los c6ncavos senos del ambiente. Me siento, y un grande drbol, frente a frente de mi, me tiende sus flexibles manos. Todos sus movimientos son humans: ese .rbol siente, me contempla y piensa no se que pensamientos de una intense vida de Arbol que inventa un mudo idioma