Tiene el color de todos los amantes. Rie un moment al sol, y luego, muda, parece hundirse en una larga duda, algo muy hondo, abismo de congojas que hace temblar sus macilentas hojas y estremecer su joven tallo. Siente, en su abatido coraz6n de ausente, como una vida de pasi6n ya muerta en un pasado sin rumor, e incierta desciende en su pesar, como la sonda baja en el alma de cristal de la onda. En torno de la plant la alegria canta trinos de amor durante el dia, la pl6yade fugaz de horas nocturnas riega sobre los arboles las urnas de una sutil quietud; pero la plant enferma piensa y sufre y-no levanta ya mis el coraz6n ni la cabeza: ha bebido su savia la tristeza en la edad de las aureas lontananzas. Sus hojas son fallidas esperanzas que moriran con ella en ese olvido de los humildes, de los que han sufrido en el lapso de una hora una existencia tachonada de cactus sin clemencia. Se abre en la vecindad una sonrisa de ventura y de amor, la misma brisa sacude con carifio la melena graciosa de otras plants y envenena