vivieron lo que viven los ramos de azahares prendidos a las novias, en la mansion nupcial. La tierra ya ha olvidado el pasear de los amantes dichosos al contact de seda de algfin chal; aquellos que pasaban contando los instantes al son del agua fresca del viejo manantial. El trebol del olvido aqui dej6 su alfombra tendida sobre un mundo de suefios que pas6; parece que hasta el tiempo temiera aqui la sombra de todo cuanto 61 mismo sonriendo destruy6. La dulce Muerte triunfa, la dulce Muerte dura y nunca su dominio profundo concluiri, su aliento perfumado de rosas y ventura encima de esta tierra difunta flotard. Heredia. 5 Oct. 1906. 4