SALOME A Mlle. RALLI La luna se levanta de su lecho de ambar, como una blanca flor de plata. Se oye la voz de Juan en la cisterna donde habri de morir y en el palacio la virgen Salom6, de blanco pecho, desde el brocal de la cisterna le habla: iCalla, mi bello Juan; tu voz es agua que hinche cantando el cdntaro vacio de mi ansia de adorar y ya estd Ileno: te adoro, Juan, y debo hacerte mio Quiero mirar tus ojos, dos cavernas donde se agitan las panteras crueles de tus miradas, de brillantes pieles, frescas, como si fuesen dos cisternas. Quiero hundir los jacintos de mis manos