LA MUERTE DEL LIRIO Acuestame, mamd, sobre las rosas deshojadas; acuestame, mama, sobre mis suefios, como sobre una almohada; estoy yerta y triste como una flor enferma; se ha muerto para mi toda esperanza. Acudstame, mamA, porque me siento colgando'de la vida sobre el mundo de la nada, como en el campo los flotantes hilos de las efimeras arafias. Asi estoy bien, mama. Entreabre ahora el crittal de la ventana: quiero sentir ese jardin fragante sentado al borde de mi cama, como un amigo de la infancia que acerca a mis narices su pafiuelo empapado de esencias de montafia. 37