CUENTOS Y NARRACIOSES de conocerla. Un official del Consulado de Francia, que poseia con perfecci6n los dos idiomas, fu6 traduciendo A Sarah, verbal- mente, el manuscrito, y ella oia con gran interns todas las escenas. Con su admirable penetraci6n de actriz iba construyendo men- talmente las situaciones, ideando los gestos, calculando las infiexiones de voz y formando, por decirlo asi, el croquis artistic de la in- terpretaci6n de la obra. Mientras oia y pen- saba todo esto, iba la gran artist adivinando el alma del autor, y sentia en toda su plenitud la emoci6n est6tica de la obra. En una se- gunda lectura se compenetr6 del papel de Luz y concibi6 la idea de darle vida, con todas sus intuiciones de mujer, y con los numerosos y delicados recursos de su inspiraci6n y de su temperament de artist. Fu6 luego a visitar personalmente 6 la madre del autor, y le ex- pres6 el deseo de obtener una copia de la obra, para ponerla en escena, en un teatro de Paris. La pobre madre consinti6 en ello, y Sarah se Sembarc6 poco despu6s para Europa, llevdn- dose un duplicado de El powder de ln drlzura. Transcurrieron algunos meses sin que volviera 6 hablarse del malogrado poeta ni de su obra, y la madre habia vuelto 6 su- mergirse en esa trizteza pasiva y resignada de la mujer a quien abate un sufrimiento sin fin, cuando lleg6 A sus manos por con- xducto del Consulado de Francia, un abultado