134 CUENTOS Y NARRACIONES zado mis valimiento que el studio cohcien-' zudo y grave, y la informaci6n novelera y versitil habia invadido casi por complete , la nueva hoja diaria. S61o quedaba como reliquia del pasado algiin peri6dico rebelde, que no habia querido rendirse a la tirania de la moda, y que se agitaba penosa y est4- rilmente en la soledad del vacio.... La evoluci6n se habia realizado en poco tiempo; nada sabia el invdlido acerca de ella, y al volver 6ste la salud sentia revi- vir sus entusiasmos por el periodismo, tal como 61 lo habia practicado y comprendido. Desde que habfa logrado coordinar me- dianamente sus ideas, express deseos de saber lo que decian los peri6dicos. La familiar del convaleciente consult sobre este punto al medico, y este accedi6 al deseo de su client, recomendando que las lectures fuesen breves,' para no fatigar su atenci6n. Angelica habia ofrecido leerle algunos pdrrafos de peri6dicos aquella misma mafana, y al sentirla ya des- pierta, habfa suspendido el viejo periodista sus tristes meditaciones; iba a recorder, a vivir de nuevo, d comunicarse otra vez con el mundo de las ideas, de las discusiones eleva- das, de los entusiasmos; mundo del cual le parecfa haber estado ausente largo tiempo, y la impresi6n que esta esperanza producia en' su dnimo era mil veces mas viva que la del viejo marino que vuelve a la costa, despuds