CUENTOS Y NARRACIONES gro. A cincuenta pasos de ali estaba el Abanico, complicada combinaci6n de fosos, reductos, trincheras, baluartes y parapetos en forma laberintica, donde suelen extraviar- se hasta las personas mas experts si no la han reconocido y estudiado antes con atenci6n, y hacia alli condujo al muchacho, con el pro- p6sito de dejarle perdido, sin la gallina, en aquel ingenioso Dedalo de estrategia military. Dijole que era plant6n de San Crist6bal, y que tenia su vivienda en una de las bUvedas de por alli. Rastrillo iba delante con la 2;allina. y cl muchacho le seguia de cerca. Asi llegaron a la primera curva del Aba ico. Queria darle esquinazo en una de aquellas revueltas y escu- rrirse luego hasta el foso de la muralla; pero el muchacho era listo y le seguia por todas parties como una sombra. Ya fuese porque le avivara el noble deseo de no volver sin las medicines para su madre enferma, 6 por que no le era desconocido el laberinto aqu6l, lo cierto era que el muchacho no se per- dia, y Rastrillo no encontraba modo de despistarle. Cuantas veces trat6 de adelan- tarse algo para esconderse de pronto en una inesperada revuelta, otras tantas sin- ti6 mis cerca de si el roce y menudeo de los descalzos pi6s del muchacho. iHabia algo de singular y de fantdstico en aquella excursi6n de dos personas a todo corner, en medio de la obscuridad y del silencio, por entire las 110