118 CUENTOS Y NARRACIONES


que aun se conservan, y que servian enton-
ces para indicar el punto de partida de las
carreras de caballos. Lanz6 desde alli una
mirada de lince a lo largo de la carretera,
y ya se disponia A regresar d la Marina, su
centro habital de operaciones, cuando vi6
venir apresuradamente un muchacho con
una gallina.
 -;. La vendes ? pregunt6le Rastrillo
cuando estuvo cerca de 61.
 -Si, senor.
 Cuinto quieres por ella ?
 Cinco reales.
 Es much.
 -T6mele el peso--dijo el muchacho
con cierto aire de orgullo, poniendo la gallina
entire las manos pecadoras de Rastrillo.
 Este la tom6 y la movi6 varias veces,
como admirado de la gordura del ave. Des-
pu6s anadi6:
 -..Quieres tres reales por ella?
 D6me cuatro, senor: La traigo a
vender por necesidad. Mama estd muy mala,
y vengo por medicines. iS61o asi venderia-
mos A Mora, que es la alegria de casa...
 <De d6nde eres?
 -De Cangrejos.
 --No la das en los tres?
 No puedo, senior.
 Pues ven conmigo.
 Habia ideado un medio ingenioso de
apropiarse la gallina sin escndalo ni peli-