CUENTOS Y NARRACIONES 117 transigir y arrasar con todo lo que cayese entire sus ufas, debia probablemente el apo- do de Rastrillo, por el cual tenia ya casi ol- vidado su verdadero nombre de pila. *- Una madrugada en que nuestro h6roe habia recorrido sin provecho todos los sitios de la Marina que 61 tenia por mis favorables para su habitual merodeo, atraves6 sigilosa- mente por el cuerpo de guardia que habia entonces en la Puerta de San Justo, y subi6 calle arriba hasta la de Norzagaray, sin haber encontrado cosa alguna en que ejercer su habilidad acostumbrada. La ciudad estaba como muerta, y los escasos mecheros del alumbrado pfiblico titilaban aqui y alli, como tratando en vano de veneer i las tinieblas. Mir6 Rastrillo en todas direcciones, 6 hizo una expresiva mueca de disgusto. Torci6 despu6s en direcci6n a San Crist6bal, pas6 por detrAs del polvorin, descendi6 luego hasta la puerta de Santiago, y sali6 de la ciudad siguiendo el camino de Puerta de Tierra. Empezaban & Ilegar los campecinos con frutos y verduras para el Mercado; pero Rastrillo cruzaba por entire ellos desdeflosa- mente, poco seguro de poderles tomar algo de provecho. Sigui6 adelante con aire displi- cente y distraido, pensando tal vez en la mala ventura de sus diligencias, y se detuvo entire aquellos dos pilares, de mamposteria