CUENTOS Y NARRACIONES aquel moment contra la base de la garita, y un chorro de agua salada que penetr6 por la tronera vino a caer sobre los chismes de sa- car fuego, dejdndolos inservibles por aquella vez. No hay para qud decir que este fracaso me produjo una gran desaz6n. Sali de alli medio ciego de ira, y empecd a pasearme precipitadamente con las manos en los bolsillos. Me habia olvidado del fu- sil y hasta de la Ordenanza. Poco a poco me fui refrescando (la noche no era para menos) y lo primero que not6 al recobrar la calma fue el tabaco boliche, que seguia fuertemente oprimido entire mis 1- bios. -Acrecentado el deseo con la contrarie- dad, se aviv6 mas ain con la presencia del cuerpo del delito, y el gusto de echar siquiera un par de fumadas era en aquel moment mi principal aspiraci6n. Seguf paseindome, cada vez mas ator- mentado por la vehemencia del deseo, y de pronto se fij6 mi vista en la luz mas inme- diata, si no era la linica que se distinguia por aquellos alrededores. Brillaba hacia el Oes- te de la garita, en una de las casuchas 6 bo- hios que por aquella 4poca habia disemina- dos en las inmediaciones del matadero. Des- puds de recorder aproximadamente la dis- tancia, calculd que se podia ir a donde esta- ba la luz en dos 6 tres minutes.