98 CUENTOS Y NARRACIONES taci6n tenfa que venir ese estado de miseria fisiol6gica tan comin en nuestros campesi- nos, y que sobre ser de por si una enferme- dad de consideraci6n, da orfgen a otras mu- chas enfermedades. M'at ia recorri6 el pafs, not6 aquel vicio y sus consecuencias, y se propuso aprove- charse de 41 para adquirir dinero y fama. Invent6 unas pildoras, y formula el regimen alimenticio que debia adoptarse para que ellas produjeran el efecto deseado. Puso al servicio de su plan el miedo mismo de los enfermos. Les dijo con gran seriedad que la material de que estaban compuestas las pildoras obraba con tal energia en el orga- nismo, que si 6ste no se tonificaba gradual- mente antes de tomarlas, y si no se alimentaba bien durante la medicaci6n, podfan sobreve- nirle grandes dafios. Di6 conferencias expli- cando de qu6 modo habian de prepararse los enfermos antes de tomar sus pildoras, y el r6- gimen que debfan de adoptar mientras las es- tuviesen tomando. Gracias A estos preceptos, ( A los que Murcia solia comunicar todas las energfas de la amenaza) el arroz, la gallina, la leche, los huevos y la came fresca empe- zaron A reemplazar a las salazones corrompi- das en la alimentaci6n de los clients del cu- randero, y el 4xito no se hizo esperar. Los jfbaros sometidos al nuevo tratamiento no s61o enriquecfan sus m6sculos y adquirfan fuer~t y actividiad a los pocos meses, sino