CtTEiNros Y-NAERXCIONBS deefa Luisita para sf.- Es muy alabancioso y muy change. Ensefa mis oartas a sus ami- gos, y.... iqui6n sabe lo que entire todos dirAn! iBuenas piezas son ellos.... !Pero Ay 1l? Es de los peores, de los mas malos. iDiganmelo a mi! Por eso ya no le escribo... No tengo nece- sidad de que mis cartas anden por los suelos del Instituto, sirviendo de irrisi6n.... Ya lo he dicho y lo repito: letra mia no la vuel- ve a ver.... Pero entonces Ac6mo le desen- gafo?.... No; lo que es para eso hay que escribirle, hay que mandarle una carta, co- mo lo hizo Julia. Pero sera la 61tima, y que la ensefie si quiere.... iCalabazas! Lo que m6s gracia me hace es el nombre. El darlas me entristece un poco; pero no es una mala acci6n. Ahora Julia parece mis content que antes de darlas, sale 6 todas parties y se di- vierte mas. iSi, si, yo no soy boba: doy calabazas tambien! ... " Despuks de haberse agitado estas y otras ideas mas 6 menos crueles en el cerebro de aquella criatura angelical, subian algunas dulces notas del coraz6n i mitigar la fiereza de tales meditaciones; y asi fluctuaba indeci- so el pensamiento de la pequefa novia, ya inclinmndose a las calabazas por seguir el ejemplo de Julia y hasta por esa misteriosa tentaci6n llamada fiebre de lo desconocido, ya resistiendose 6 causar a Enrique tanta pena, por consideraciones de carifo, de com- pasi6n y otros impulses generosos que ella