CUENTOS Y NARRACIONES A falta, pues, de trato intimo y de comunicaci6n direct, el agent mas efi- caz y active de que se valian en sus re- laciones, era el hijo de Engracia, la co- cinera, un Mefist6feles de siete anos, con m~s malicia que ropa, astuto y disimulado como un felino, y dotado de una vivacidad ratonil. '11 era el que llevaba y traia los papelitos y los recados, quien le contaba a Enrique todo lo que hacia Luisa, y quien traia para 6sta las flores, las frutas, los dul- ces, los juguetes, los negritos de porcelana, las aleluyas, las calcomanias y hasta las ma- riposas de vivos colors, que el estudiante cogia para su amada en el Campo del Morro 6 en el jardincillo del Arsenal. Luisa era mas parca en regalos y en pa- pelitos, mds reservada y several, menos ve- hemente y comunicativa que su galdn. S61o de tiempo en tiempo le mandaba alguna es- tampita de la Virgen, alguna hoja aromdtica para perfumar los libros, alguna labor de es- tambre, de mostacilla 6 de papel picado, y cuanto habia bautizo de mufeca (fiesta de gra- to recuerdo, por haber empezado en una de ellas sus amores) le mandaba la mariquita 6 la gala en forma de moneda de cobre pendiente de una cinta 6 pegada A un pedacito de cart6n. Por supuesto que el diablillo del manda- dero no hacia estas diligencias de gratis et more y por la bonita cara de los novios. iBuea chavito 6 buen par de botones tenia el