CUENTOS Y XARB]CIONES testaba sus cartas a tiempo, no las firmaba nunca mas que con un garabatito, y se nega- ba obstinadamente 6 mandarle un rizo de su pelo, cuando. casi todos los estudiantes de primer anio tenian rizos y hasta trenzas de sus novias, y habia bolsillosy Diccionarios que tenian trazas de almacen de peluqueria. sEra eso digno? c.Era just? !&Que motivos tenia ella para no hacer como las demAs, y ponerle en evidencia ante toda la clase de la- tin? Y iclaro esta! por eso sus condiscipu- los hacian alarde de rizos delante de 61, y se burlaban de sus amores, diciendo con des- d6n: iValiente novia seri la tuya, cuando todavia no se le ha visto el pelo!- Ademis, l1 se cansaba de mandar flores a Luisa, y ella muy rara vez se las prendia en el pecho, como era costumbre, en seal de estimaci6n. Una vez habia cogido ella un clavel de los que l1 la habia mandado, y lo habia prendido en el pecho de una mufieca. ,No era eso un marcadisimo desire? Luego aquella obsti- naci6n de no salir algunas veces, cuando 41 pitaba, era para desesperarse. iQu6 le cos- taba a ella asomarse, vamos d ver? &No se asomaban al balc6n las novias de otros estudiantes mis chicos y m6s feos que 41, en cuanto los sentian pitar? Cierto que algunos dias se asomaba, sobre todo cuando tenia vestido nuevo.6 estaba peinada de, ri- zos, que le sentaban muy. bien; .pero otras veces no salia, por mas que 41 estuviese lar-