CUENTOS Y NARRACIONES to y penetraci6n de su hija, y exclam6 al fin con entusiasmo: -iDios te bendiga, muchacha, que has hablado como un libro! Corri6 por el pueblo la noticia, se elogi6 much la perspicacia de la j6ven, se hicieron sacar y repartir copia del retrato, y todos los vecinos acudieron de nuevo a contemplarle, hallando en 61 much semejanza con indivi- duos de la numerosa familiar de los Cintrones. Era ya popular y famoso en Yabucoa el retrato de Juan Cintr6n, fundador del pue- blo, cuando lleg6 de Boston un joven Cintr6n, nieto de aquel que 6 principios del siglo an- terior habia traido el retrato. Reconoci6 al instant el busto del gran patriota y pronun- ci6 su nombre con veneraci6n; le corrigi6 la muchacha; insisti6 61, se deshizo por fin el donoso quid pro quo, y se le restituy6 al ori- ginal del retrato su verdadero nombre de Washington. Desde entonces, cuando algin' vecino de 4 aquella hermosa comarca encuentra en li- bros 6 peri6dicos la estampa del ilustre fun- dador de la Gran Repuiblica, suele decir en tono de broma, recordando la equivoci6n del cuento. Aqui esti el retrato de Juan Cintr6n.