CUEsTOS Y NARRACIONES 71 (y le di6 una miniature de Amalia), y que el monument sea vistoso. --Qud color premiere usted? -Cualquiera.... menos el amarillo. Sonri6 Furiati, firmaron ambos el con- trato, y el artist, all en G4nova, se regoci- j6 de haber hallado ocasi6n de mandar a Puerto Rico una obra que diese buena idea de su talent y habilidad. ARn no habian transcurrido seis meses. cuando Furiati recibi6 una carta de don Se- gundo, en la que se lamentaba de lo malo de la cosecha, del precio no muy alto del azicar, y de los recientes rumors de abolici6n de la exclavitud. Con tal motivo, deseaba que- si ain era tiempo de modificar el encargo del monumento-lo redwjese de modo que s6lo costara la mitad de aquella suma. El italia- no contest que no era tiempo ya de rectifi- car el pedido y que el mausoleo estaba pr6 ximo llegar. Algunos meses despuds se destacaba ya esta graciosa obra de arte en la galeria prin- cipal de la entrada del cementerio. Tal ha sido, segin el relato del Dr. Babel, el origen de ese hermoso monument, cuya contemplaci6n habrd hecho exclamar a mu- chos entusiastas, recordando un pasaje del Tenorio: "iMagnffica fud, en verdad, La idea del pante6n!"