70 CUENTOS Y NARRACIONES oblig6 al medico a hacer esfuerzos especiales para devolver la raz6n A la enferma; y acon- sej6 que la trasladasen sin tardanza a la Ca- pital, y aquf consult el caso con sus compa- feros de mds fama y trabaj6 con ellos her6i- camente en aquel sentido. Por desgracia, todos los esfuerzos de la ciencia fueron ya ineficaces. La locura de la joven se fue haciendo cada dia mds agitada y penosa, y en ella tuvo siempre un papel muy principal aquella implacable inundaci6n de la ola dorada, de la angustiosa y fatidica amarillez.... Atormentada sin cesar la jo- ven por esta locura, falleci6. Don Segundo se conmovi6 de veras con la muerte de su sobrina, y su aflicci6n, agra- vada quiza por el remordimiento, se manifes- t6 entonces en un afin de gastar much dinero en gloria y memorial de la difunta. Dispuso unas exequias memorables por su pompa y esplendidez; mand6 cantar gran n6mero de misas y de response, y fue 61 mismo casa de Furiati para encargarle un pante6n de diez mil pesos. -Quiero que sea el mejor que se haya traido 4 Puerto Rico. -Si ser4, dijo el italiano resueltamente. Digame de que estilo y forma lo desea. -No entiendo bien de esas cosas, Lo dejo todo 4 la elecci6n de Vd., con la condi- ci6n de que la figure sea tan bella como esta