CUENTOS Y NARRACIONES la complacia y la interesaba much. De re- pente lanzaba un grito de angustia y sufria convulsiones violentas, y su rostro se con- trafa y se alteraba con todas las sefiales ca- racteristicas del terror. Despuds quedaba en una especie de letargo fatigoso, hasta que volvia el delirio; pero este ya no era el de la contemplaci6n extatica ni del didlogo amoroso: referiase a visions y sensaciones distintas: "Luis habia desaparecido slibitamente; y don Segundo, el eterno don Segundo estaba alli frente a ella, cenudo y amenazador.. .." Y Amalia hablaba confusamente de don Segundo, de la hacienda heredada, de los caudales de su padre.... Tomaban cuerpo todas estas ideas en la desordenada imagina- ci6n de la j6ven, y se ofrecian a su vista con formas fantasticas, mudables, infinitas, pero representando siempre otros tantos obstdcu- los que se oponfan entire ella y sus esperan- zas, sus alegrfas, su amor.... Y el obstAcu- lo crecia, crecia siempre, se agigantaba, mos- traiidose cada vez mis imponente y terrible. De ahf las crisis violentas, los arrebatos de desesperaci6n, los gritos de angustia, y por fin e abatimiento y la atonia, signos crecien- tes d'e una creciente desproporci6n entire las emociones y la voluntad. Mis tarde aquel delirio se fu6 simplifican- do en imdgenes y en matices, hasta quedarse reducido a las indicaciones de una sola idea y de un solor color. La joven vefa con es-