CUENTOS Y NARRACIONE 65- se sentia como transportada a un mundo ideal, quedAbase por largo tiempo inm6vil, si- lenciosa y como embebecida en una contempla- ci6n semejante A la de los ascetas 6 iluminados. DespuBs hablaba, algunas veces- con incohe- rencia notable, otras con lucidez y viveza extraordinarias, siguiendo y relatando los ac- cidentes del delirio. "Luis, Luis, el joven que la habia dado la mano al bajar del carruaje una mafana, frente a la Iglesia; que la habia recogido el pafluelo cuando ella lo dej6 caer sin saber c6mo, en un instant de dulce y desconocida emoci6n; que despuds, al salir, la habia salu- dado tan rendidamente, envolvi6ndola en una mirada de inefable ternura.... el mismo a quidn habia visto despues, que la seguia con frecuencia, que la hablaba de lejos con aque- llos ojos profundos, de mirar firme y expre- sivo, y con destellos vivisimo que parecian salir del fondo del alma.... que la habia di- cho amores y ternezas casi furtivante, desli- zando por primera vez en sus oidos pa- labras de dulce y halagadora harmonia.... El, l1 estaba alli, se aproximaba a ella, cada vez mis enamorado y galin.... Qud arro- gante y qud simpatico era! Verdad?..... iChist....! Silencio....! Luis iba a pro- seguir su plAtica interrumpida aquella tar- de.... iChist!...... iChist!....." Y quedaba como por algin tiempo exta- siada, en actitud de ver y escuchar algo que