60 CUENTOS Y ABRRACIONES vez mis en la vigilancia y aislamiento de su sobrina. Ella, por su parte, sufrfa las amarguras y tribulaciones de una martir. Dotada de una gran sensibilidad moral, de un caricter amoroso y comunicativo, y de un coraz6n dispuesto a todas las afecciones generosas y tiernas, sentia en aquella soledad una impre- si6n penosisima de vacio, de verdadera asfi- xia del dnimo, que la sofocaba y abatia. Como no habia recibido educaci6n alguna racional ni la habian ensefiado ningin arte, ni siquiera una labor manual que la permitie- ra distraerse, dar direcciones distintas su pensamiento, ejercitar cdn alguna fijeza su atenci6n 6 dividirla en trabajos y cuidados de varia indole, necesariamente toda su acti- vidad mental habia de concentrarse y pro- pender 6 un solo punto: la exaltaci6u de sus facultades afectivas. Y todo cuanto alli la rodeaba era extra- io 4 sus simpatias, 6 sus gustos, a su propia naturaleza de j6ven impressionable y delica- da. El egoismo, el miedo, la codicia, la sus- picacia y la crueldad eran sus linicos compa- heros en aquel confinamiento lastimoso. No percibfa en torno suyo una sola nota simpi- tica que respondiese al caudal inagotable de ternura acumulada en su coraz6n, en aqu6l coraz6n que parecia haber sido creado expre- samente para amar. A veces buscaba con avidez un niflo, un