CUENTOS Y NARRACIONES 49 te mi atenci6n uno de estilo griego, de labor esmerada y several, y de muy agradables pro- porciones. Servia como de pedestal a una estatua verdaderamente bella. Era de ese mArmol de Carrara que tiene la nitidez y la blancura de la cera virgen, y representaba una deidad olimpica en actitud de esparcir flores sobre una tumba. La expresi6n dul- cemente melanc6lica de aquel semblante, la pureza y suavidad de las lines, los bien es- tudiados pliegues de la clAmide y del peplo, la actitud un tanto acaddmica, pero elegance y majestuosa, y la harmonica irreprochable del conjunto, decian bien claramente que aque- lla obra no era de las adocenadas que suelen expedir (cuando se las encargan sin gran in- ter6s estetico) los comerciantes y comisionis- tas de G4nova. Senti deseos de conocer el origen de tan apreciable monument, y le pregunt6 a uno de mis amigos que por alli pasaba: -S61o sd lo que expresa la inscripci6n, 4que es bien poco- me contest6.- No dice mds que AMALIA. Pero tu curiosidad puede quedar satisfecha si le preguntas al Dr. Babel, que estA relatando ahora, junto al pante6n de Quintanilla, los m6ritos del que all yace, y el significado de la lira rota y del reloj de arena grabados en el frontis del mausoleo. -Sentirla molestarle a tal hora y en este sitio, con una pregunta baladi....