CUESTOS Y NARRACIONES 41 gilias y el exceso del studio, y en un estado nervioso deplorable. Habia estado esperan- do en su rinc6n habitual hasta que lleg6 el turno correspondiente. Se hallaba temblo- roso y azorado; sus manos ordinariamente frias, estaban entonces como hielo. Cuando son6 la campanilla y oy6 pronuciar su nom- bre, entr6 en la sala de examen con paso in- seguro y desigual. El examen fud largo, y Mito no estuvo feliz en sus contestaciones, ni seguro en sus ejercicios practicos. Las personas peritas que asistieron al acto aseguraban que Mito no merecia sin embargo la reprobaci6n que obtu- vo, porque-- pesar de sus tropiezos prob6 que conocia la asignatura tan bien como otros que habian sido aprobados en dias anterio- res. Corrieron con tal motive versions muy curiosas acerca de la severidad demos- trada por el Catedritico calificador en el caso de Mito. Una de ellas decia que horas antes ese mismo Profesor habia dado nota de suspense al hijo de un coronel del ejercito, A consecuencia de lo cual habia entrado el padre en la sala de examenes & paso de car- ga, y habia obtenido reform favorable en la nota de su hijo, a fuerza de amenazas y de in- terjecciones malsonantes. El tribunal crey6 que este suceso podia establecer precedentes peligrosos si no se efectuaba una pronta y saludable reacci6n de severidad en los exa-