CUENTOS Y NARRACIONES temor aumentaba con la proximidad de los exdmenes, aumentaban tambi6n las angustias de su dnimo al pensar en el horrible castigo. Temblaba al solo recuerdo de aquellos gol- pes crueles que en el afio anterior habian estado d punto de comprometer su vida, y sufria con frecuencia pesadillas muy penosas con este motivo. Cuando ya no faltaba mds que un mes para empezar los examenes, el estado ner- vioso de Mito lleg6 a una excitaci6n lamen- table. Cualquier contact inesperado le ha- cia estremecer, vivia en continue zozobra, dormia con dificultad y se despertaba sobre- saltado al menor golpe 6 ruido. Su buena madre sufria tambien de un modo indecible, con esa pasividad resignada de la mujer ante los males que no le es dado evitar. Algo not6 tambi6n el viejo albafiil acer- ca del aspect desalifiado y trist6n de Mito, pero mas que a sufrimiento moral 6 a do- lencia fisica lo atribuy6 a fingimiento y en- gano, para cohonestar su pereza 6 terque- dad de estudiante desaplicado. Asi fu6 que -para infundirle lo que. 61 llamaba saludable temor di6 en menudear los alardes de crueldad, las amenazas y hasta los prepara- tivos de algin escarmiento deseomunal. Una noche en que Mito explicaba las dificultades con que tropezaba en sus lec- clones de Trigonometria, dijo secamente el padre: