CUENTOS Y NARRACIONES taban 6 comprender por qu6 Mito procuraba entonces quedarse solo, y daba despu6s aquel rodeo por la Meseta, que no era precisamen- te su camino habitual. Una tarde en que estaba dl1a asomada , la puerta de su habitaci6n cuando pas6 Mito, se saludaron ambos adolescents y cambia- ron entire si una mirada timid y dulce. Los dos semblantes pdlidos se tiferon a 1a vez d- un colorcito rosado, y en ambos se inici6 tambi6n al mismo tiempo una sonrisa. Aquella tarde se sinti6 Mito mas anima- do y alegre, y abraz6 y bes6 a su madre con un cariflo todavia mas intense que el de otros dias. Luego.... ocurri6 la escena de los esta- cazos, cuya noticia cundi6 por la ciudad, y Mito, avergonzado, no habia vuelto d pasar por frente 6 la pequefia casa de la Meseta. iAsi habia fracasado al empezar su candoro- so y inico preludio de amor! IV. Estudiaba' Mito con gran dificultad su segundo afo de Matemiticas; no encontra- ba.forma de familiarizarse con aquellos en- diablados problems de Trigonometria que fi- guraban-en el program, y aumentaban de dia en dia sus temores de perder el nuevo curso de ciencias exactas, a pesar de sus grandisimos esfuerzos. Y 6 media que ese