CUENTOS Y NARRACIONES 29 su mayor empeilo en darle una carrera cien- tifica. El padre de Mito era albanil, con aspira- ciones A Maestro de obras, aspiraciones fun- dadas en una larga prdctica del oficio, y en el esmero y atenci6n que pania siempre en sus trabajos. Tenia fama de hombre formal y probo, y cuidaba eficaemente de las obras y los intereses que se le confiaban. Habia trabajado en la construcci6n de edificios mi- litares y civiles famosos en la ciudad. Ma- nejaba ya el palustre cuando se edificaba la Intendencia (hoy Tesoreria), trabaj6 tambi6n en la construcci6n laboriosisimn- del cuartel de Ballaji; habia tomado parte en las obras de puentes y muros formidable de la carre- tera military de San Juan a Ponce, y habia si- do testigo y cooperador de la admirable au- dacia. de Enrique Berrocal, cuando transfor- m6 en pocos dias aquel destartalado y ruino- so caser6n del Mercado viejo en el esbelto y s61ido edificio donde A la saz6n estaban insta- Slados el Instituto y la Diputaci6n Provincial. Para el viejo albafil habia algo de so- brehumano en aquellas creaciones y transfor- maciones que ideaban los ingenieros, en la concepci6n y direcci6n de aquellas moles que resistian el empuje aterrador de huracanes y terremotos, y que parecian desafiar impAvidas a la demoledora piqueta de los siglos. Para 61, un ingeniero come algunos que habia conoci- do y admirado en el curso de su vida, era