MITO. I Entre aquella generaci6n de j6venes puertorriquefos que alegraban con sus chis- tosas travesuras el patio del Instituto civil, en espera de que los Catedriticos anuncia- ran el comienzo de sus lecciones, no se habri olvidado todavia el nombre de Mito, el estu- diante triste, el minico entire todos ellos que no jugueteaba ni hacia maldades, y que se reia muy rara vez. Buscaba siempre para arrinconarse los sitios mds solitarios y sombrios, y alli se estaba repasando sus lecciones 6 escribiendo con mano algo convulsa en su cuaderno de studio, mientras los demis retozaban ale- gremente en el centro del patio. Su verdadero nombre era Jer6nimo: Ila- mdbanle Jeronimito en los primeros meses de su infancia, y por fin vino d quedar Mito, en gracia de la mas ficil y rdpida pronun- ciaci6n. Era hijo de un viejo artesano y de una joven histerica, matrimonio poco 6 nada feliz