CUENTOS Y NARRACIONES que parecia expresamente formado para reir. -* * Al obscurecer de aquel mismo dia, baj6 Tribilin hacia el foso de San Crist6bal, subi6 sigilosamente las escaleras del medio, y se perdi6 de vista entire las vueltas y revueltas del Abanico. Sabia que el sargento tenia la costumbre 6 la obligaci6n de inspeccionar todas las noches la guardia de un pequefio polvorin que habia hacia el Norte de la mu- ralla, y de observer si los plantones se halla- ban en sus puestos, antes del toque de dor- mir. Despu&s regresaba al Castillo por una de las galerias bajas, y daba el iltimo vistazo 4 lns tropas de su compaia. Lleg6 el mu- chacho resueltamente a lo alto de aquel la- berinto military, en donde hay un estreaho pasadizo lleno de obstdculos y rodeos, con un profundo foso 6 cada lado. Tribilin recor- daba que 4 un hombre que habia caido alli le habian sacado muerto y casi despedazado al dia siguiente. Ambos fosos eran bastante hondos para hacer peligrosa una caida en ellos; pero ademis habia en el fondo de cada uno botellas rotas, pedazos de bayonetas y. otros objetos de corte 6 punta, todo revuelto entire agua, lodo y suciedad. En medio de estos dos fosos se situ6 nuestro heroe tras de un pequeflo parapeto del laberinto, y espe- r6. El sargento tenia que pasar necesaria- mente por aquel sitio. La noche era obscura y apacible. No se