DOCUMENTS LEGISLATIVOS Legislative para sancionar los actos cuyos progress ha sealado a la Nacin el ex-Presidente Bez. Al terminar su Mensaje, exhorta a los dominicanos para que "toquen de paz" a las puertas de la Espaa; de esa nacin magnni- ma y generosa que tantos puntos de contact tiene con nosotros; concluyendo porque la Nacin reconozca como deuda national el montamiento de los perjuicios que ocasion a los espaoles resi- dentes en Santo Domingo, la confiscacin de los bienes decretada por el gobierno de los haitianos, reservndonos el derecho de exi- gir de stos la compensacin correspondiente al arreglo definitive de la paz. Aqu sube de punto la sorpresa del Congreso, no sabiendo a qu atribuir semejante insinuacin. Primeramente, a nadie ms que al ex-Presidente consta la per- petua e invariable disposicin del Gobierno y de la Nacin entera por estrechar lazos de amistad y relaciones con su antigua Metr- poli; puesto que como miembro que fu de una Comisin enviada cerca de aquellas y otras Cortes, debe estar persuadido de que no estamos an por tocar de paz a las puertas de la Espaa, -cuya gloria y reveses nos afectan tanto como los propios; de manera que es completamente intil la sugestin de que seamos explcitos en ese punto, en que ningn dominicano verdadero dejara de serlo con sus heroicos hermanos. En segundo lugar, ni es decoroso anticiparse a satisfacer exi- gencias que no se han manifestado por parte de aquel Gobierno, ni lo sera en ningn tiempo el reconocer y obligarnos a reparar un perjuicio ocasionado por el dominador de Occidente. El hom- bre, Seor Presidente, responded de sus propios hechos, y en el tribunal del juicio no puede ser responsible de los actos que le son extraos. Cmo es dable que teniendo que reclamar de Hait una just indemnizacin por su guerra odiosa y por la atrocidad de su conduct, lo hagamos tambin por los peninsulares, reconociendo previamente la obligacin como propia, y sujetando a mil y mil contingencies nuestra indemnizacin real y la oficiosa? Deplora el ex-Presidente el mal estado de las crceles, donde (dice) se ultraja con la detencin a los individuos retenidos en ellas. El Congreso recuerda que siempre ha votado sumas de di- nero para la reparacin de los edificios pblicos, y cuando esto no hubiera acontecido, el ex-Presidente pudo muy bien ordenar la composicin de las crceles, con las mismas facultades con que provey a la adquisicin y colocacin del faro. El ex-Presidente se manifiesta pesaroso de que el Congreso no hubiese puesto en prctica las mejoras que l le haba reco- mendado en su Mensaje anterior, haciendo presente,"que teniendo