DOCUMENTS LEGISLATIVOS a los hechos, con la noble franqueza del verdadero republican; bien que hayan desplegado ya relativamente a las personas todas aquella lenidad de que difcilmente se deprenden, aun en los ca- sos flagrantes que reclaman enrgicas y decisivas resoluciones. Bajo tales principios examineremos los pormenores del docu- mento que motiva esta contestacin: El Seor Bez dice: "que al terminar su perodo gubernativo entrega a la Repblica en paz con todo el mundo, except conX Hait", etc. etc. El Congress observa que no de otro modo le fu entregada la Nacin en la poca de su presidencia, y que a no ser por una de esas raras cuanto imprevistas circunstancias que no entran en la esfera comn de los acontecimientos, era preciso haber des- plegado much ineptitud en punto relaciones diplomticas para haber empeado guerras o contestaciones trascendentales con los gabinetes extranjeros. El Congress participa de su jbilo por el reconocimiento que solemnemente han hecho de nuestra Independencia la Inglaterra, Francia y Dinamarca, celebrando tratados de paz, amistad y co- mercio con nuestra joven Repblica. Tales resultados hacen mu- cho honor a Vd. Seor Presidente, porque fu el primero que, comprendiendo la importancia de esos Tratados y la fuerza moral que comunica el cultivo de buenas relaciones internacionales, diput desde 1846 una Comisin cerca de los gabinetes de Madrid, Pars y Saint James con el fin de obtener tan esplndido resul- tado. Por consiguiente, queda realizado en much parte su pen- samiento politico, y aunque no plugo al cielo que Vd. mismo sellara esos actos, es incuestionable que se deben completamente a sus conatos y desvelos. Dice el ex-Presidente: "que el Tesoro pblico exhaust en 1849 por los dispendios de la guerra, por el desorden administrative en das de anarqua, y por el abatimiento de todas las industries, lo entrega en un estado que puede llamarse prspero, puesto que cu- bre los gastos pblicos, y no hay necesidad de hacer emisiones de papel moneda", etc. etc. No cabe duda, Seor, au. la tranquilidad y el crdito pblico sufrieron grave alteracin i 1849, antes que la espada de Vd. volviera a la sociedad el orden y la seguridad. Pero si amargo es recorder poca tan infausta; si lastimoso es el cuadro de aquella crisis, no lo es menos el anlisis de las causes a que debe su origen el engrandecimiento y prosperidad que se decanta. Consisti sta, Seor, en la falsa teora econmica de aumen- tar la deuda flotante a expenses de la fortune de los asociado^, extendiendo a ocho millones ms, el emprstito forzoso contrado