CONGRESS NATIONAL 1853


leyes se cumplan con exactitud y se apliquen con integridad; pero
Seores, aunque esta opinion sea nueva aqu, no lo es en otros
pases: ella ha sido la material de largos debates en las Cmaras
de Inglaterra y Francia; vase el Tratado de Poltica Constitucional
escrito por el clebre Benjamn Constant, y all se ver en el
elogio hecho en el Ateneo de Pars sobre Sir Samuel Romilly, que
estas doctrinas fueron sostenidas por l y apoyadas por los miem-
bros del Gobierno, en el Parlamento de la Gran Bretaa, y que
los mismos principios fueron sostenidos por el clebre Camilo
Jourdan en las Cmaras de Francia.
 El Honorable Delmonte cree que el Consejo Conservador
slo es hbil para conocer de la cuestin, est sta presentada
por ventura en forma de queja? o es slo una exposicin hecha
por el Ministro de Hacienda de un acto ejercido por el Poder con-
tra el Poder? Es acaso una cuestin particular? no es una fin-
ca del Estado la que se ha mandado eliminar por la Suprema Cor-
te de Justicia de los bienes nacionales? y a quien pertenece
proteger esos bienes sino al Congreso Nacional en conformidad
al prrafo 49, artculo 94 de nuestro Pacto Fundamental? Si bien
admitira la exactitud del raciocinio si la cuestin se hubiese pre-
sentado en la forma de queja individualmente contra los jueces
en aquella que se nos present creo que el Congreso no puede
exonerarse de acogerla. Yo por mi parte no me esquivar de aceptar
la parte de responsabilidad que me quepa, porque al aceptar el
puesto a que me ha elevado el voto de mis conciudadanos, lo he
hecho con toda la responsabilidad que l trae consigo.
 Yo entiendo, Seores, que nuestra misin es la de representar
 todos los intereses vitales de la sociedad, la de velar constantemen-
 te sobre ellos y reprimir los empleados pblicos que por el abuso
 del Poder los ponen en peligro. Yo creo que nuestra misin es la
 de denunciarlos aqu, en sta sala, donde reside en concrete la
 Soberana del Pueblo, cada vez que la cosa pblica lo exija; por-
 que la Representacin Nacional, como expresin de la Soberana
 Nacional, tiene a su cargo los intereses de la sociedad. Cada uno
 de nosotros, en mi modo de sentir, debe velar en que se cumplan
 en su Provincia las leyes del pas, y cuando no lo son nos toca