DOCUMENTS LEGISLATIVOS tos, son los poderosos auxiliares de los gobiernos en tan inte- resante y vital empeo. El espritu pblico require ya ms animacin: para lograrla deben despertarse todas las nobles pasiones; y nada ms eficaz para obrar en este sentido, que la difusin de las luces, la libre dis- cusin de los intereses propios y comunes, la excitacin a tiles empresas por medio de pacficas asociaciones, y sobre todo, el des- ,arrollo y aumento del radio de actividad del poder municipal, que es el verdadero manantial del patriotism. Por estos medios crecer espontneamente el espritu democr- tico de cuyo desarrollo depend el aumento de orden y sosiego en estas sociedades, donde no hay en el da ningn element con- servador de distinto linaje. Al caer las autoridades coloniales desa- parecieron todos los prestigious de la aristocracia proclamada que fu la soberana popular. En ella es que tiene ahora su origen la autoridad, y si no se la constitute de sus elements propios, por fuerza ha de ser bastarda, dbil e insuficiente. Adems cuando peligra la independencia de un pueblo y pende de sus esfuerzos la defense, preciso es que haya espontaneidad de su parte, y nada, Seores, la excita ms que la persuacin de obrar en amparo de los personales derechos, y en la conservacin del propio poder. Seores, termino ya la cuenta breve de los tres afios de mi' administracin. Confrontadla sin prsiones con el program que present en el acto de jurar ei fiel desempeo de los deberes que me impuso la voluntad national en unos das aciagos y de desola- cin. Mi conciencia me dice que no he desmentido mis propsitos ni burlado las esperanzas del Pueblo. Esta satisfaccin constituir en mi retiro el premio de mis afanes. Permitidme, al concluir, expresar un deseo muy sincero: con- siste, Seores, en que otorgue la Providencia a mi sucesor el poder y los medios de poner un trmino a la guerra. As no sera capri- chosa la fortune, destinando esa inmarcesible corona de olivos a adornar-las sienes del primer guerrero que desenvain su espada en defense de nuestros derechos, del caudillo de todas las proezas de los dominicanos, del vencedor en las Carreras, ltimo campo de batalla en que fu humillada la arrogancia de nuestros enemigos. Y en cuanto a vosotros, Seores, mis votos son porque al acier- to con que desempeis la misin popular de que estis encarga- dos, se deban las saludables mejoras que han de hacer en los das de paz la felicidad de la Repblica. Acabada la lectura que di el Seor Presidente de su Men- saje, entregadas que fueron las Memorias de los respectivos Se- cretarios de Estado, el Presidente del Congreso tom la palabra