CONGRESS NATIONAL 1853 cabezas de los desfiladeros, nos sera difcil defender, ocupando los puntos dominantes, nuestro vasto litoral, sin dividirnos ni debili- tarnos. Ni socorreramos oportunamente las poblaciones si, abrin- dose senderos el enemigo por terrenos que no hemos explorado siquiera, apareciera inopinadamente sobre nuestros flancos o a es- paldas de nuestras lneas. De esto se evidencia que lo ms seguro ser siempre oponer a la fuerza bruta del invasor, el poder de la inteligencia. Preparemos, pues, el teatro en que le sea dable desarrollarse, y para prepararlo, consultemos a los hombres exper- tos que el acertado tino de los gobernantes haya atrado a nuestras playas. El estado actual del pas, por sorprendente que parezca su prosperidad, si se exceptan las relaciones diplomticas, se debe a providencias transitorias, que no pueden tomar el carcter de per- manentes sin la sancin del Congreso, y previas las modificaciones de que son susceptibles las medidas de circunstancias. De esto in- fiero, Seores, que no debemos aceptar los progress actuales como las mayores conquistas de que hayan sido capaces nuestros esfuer- zos, sino como presagios evidentes de la inmensa prosperidad que podemos alcanzar por instantes. Mi primer conato al encargarme del mando fu asegurar la paz: tent, no sin frutos las vas de hecho dando principio a las represalias; pero no tuve jams en mira ser conquistador: mi ob- jeto era hacer comprender que sabramos aprovechar nuestra supe- rioridad martima y nuestra situacin a barlovento, en cualquiera ocasin en que se intentara invadirnos. Para llevar a efecto mi verdadero plan se haca necesario tener en jaque al enemigo: hube de lograrlo, y entonces me fij en medidas ms eficaces y propias de nuestra cultural. Solicit la mediacin de tres grandes poten- cias; y tres aos de tranquilidad justifican esta determinacin. Todava no ha surtido su complete efecto este expediente, pero puede asegurarse que insistiendo en l la paz es infalible. Aprovechando los moments de tregua, a tientas, y como quien hace ensayos, he procurado demostrar de cuanto es capaz el pas. Y ya lo habis visto, Seores: reanimada la industrial, ha florecido el comercio; ha mejorado la condicin moral y poltica de los aso- ciados; en fin, se han arraigado esperanzas halageas al palparse que este grupo de isleos puede llegar a constituir en breves aos una Nacin poderosa. Es decir, que apreciando en su just valor la administracin actual, no debe estimrsela sino como el anuncio de la posibilidad de un trnsito favorable; de alcanzar un orden de cosas slido y permanent. Esto no lisonjear tal vez el orgullo del mandatario pero hinche de esperanzas el corazn del patriota. Same lcito consignar en estos moments solemnes, y como