JUAN LUIS MARTIN del opio. Tampoco eran levantiscos, como los habitantes del Delta, acostumbrados a v6rselas con los pirates del Mar del Sur, o con las gavillas que salteaban las isletas del Sai-Kong. De la parte norte o del levante de la provincia de Cant6n, fuera de los "hakkas" y "fuk-lo" que llegaron a Cuba con las primeras expedi- ciones, pocos contratados vinieron. De las islas Filipinas tambien vinieron a Cuba muchos chinos, que poseian una preparaci6n commercial especial. Muchas veces en el curso de la historic se alzaron contra los abuses coloniales; de los prisioneros hechos en aquellas rebeliones, mandaron a muchos a este pais. Tales fueron los "chinos de Manila", despreciados en cierto mqdo por los "chinos de Cant6n", o los orgullosos soy-yap. Eran Ilamados sangleyes. Cuando el doctor Sun Yat Sen identific6 la nacionalidad con la raza en China meramente confirm, para la political, un hecho real para la morfologia. Un sistema de moral comfin y una escritura uniform son los monumentos de esa raza, el element de uni6n de todos sus com- ponentes. No hay en China, es verdad, como no la hay en ninguna otra parte del mundo (a despecho de las pretensiones de los nazis), unidad racial; un tronco com6n sobre el cual los mestizajes han estado obrando, como fuerzas atraidas a un n6cleo dinimico de civilizaci6n, es lo que Ilamamos "raza china". En el orden de la lingliistica, en que se encuentra el element principal de las determinaciones del pueblo chino, encontramos los valores que con mayor precision definen esa nacionalidad, integran sus particula- rismos. No se puede afirmar que existe un idioma chino y various dia- lectos; hay un grupo de idiomas chinos, en que cada uno, de la familiar, posee sus caracteristicas especiales, en la fonetica, en la analogia, en la sintaxis. Puede afirmarse no aue el cantons es similar al pekines en el grado que lo es el bable del castellano o las parlas banties de la lengua matriz; entire ellos existe una diferencia como del espafiol al italiano o al frances. Son idiomas de un grupo. No hay distingos mera- mente dialectales, coloquialismos propios de la conversaci6n, sino ca- pitales divergencias. Pero hay una lengua artificial, escrita, universal en el uso, que es el vehiculo de la cultural, de la moral, de las calidades v valores comunes. Este idioma ha sido complementado ahora en lo hablado por el "Min Hwa", o fonetica national, por medio de la cual al leerse los viejos textos se acudira no a las formas regionales, si no a un modo general, aceptado por todos. Insistiendo en el cantons, que es el idioma de la mayor parte de los chinos venidos en America (todos los de Cuba, menos los hakka y los fuk-lo), nos encontramos que posee tantos dialectos propios suyos, como los que tiene el castellano en la meseta espafiola y el Norte y Noroeste de la Peninsula. En una forma arbitraria, habriamos de Ila- marlos "subdialectos". Y, en general, como dice muy bien J. Dyer Ball, quien deseando hablar con los chinos de Hong Kong, Cant6n o Macao, hablase el pekinds o mandarin, haria como el que yendo a vivir a Espafia pensara que habria de hacerse entender por medio del frances o el italiano.