JUAN LUIS MARTIN hechos, de la historic, de lo que estin contemplando nuestros propios ojos. La sociedad cubana es un ejemplo. Los fen6menos que aqui se han desarrollado no son exclusivamente nuestros. Otras sociedades tambien debieron de haber pasado por ellos. Los mestizajes se ban producido en nuestro ambiente, en las caracteristicas antropol6gicas de la anatomia v tambi6n en las psicol6gicas. En Egipto, el mestizaje fue considerable: y tal vez para llegar al tipo national, el tipo del nil6tico, cuintas etapas semejantes a las recorridas por los tipos nacionales americanos, fuera precise atravesar. Es bueno hacer notar que nos estamos refiriendo a los dos mestizajes de que hablibamos antes, y que en Cuba no es precise cernir, para separar los eti6pico de lo amerindio extinguido. Obatala, la Virgen de las Mercedes de nuestros brujeros, pudo haber tenido un antecedente en Necheb, la Diosa Egipcia, quince siglos antes de Nuestra Era, y tambien en Chnum. Por ciertas caracteristicas, parece que la consideraban hermafrodita. A juzgar de lo que nos dicen los arque6logos, era muy venerada en todo el sur de Egipto. En Neit, llamada tambi6n Necheb, Isis y Hathor, en la forma ritual del medio- dia, vemos el principio femenino de la creaci6n, como la Odudua de la diada de la calabaza, que tenemos en las mitologias lucumi y afro-cubana. Hathor identificado con Orungan y Osiris con Ogin o Aganyi y hasta quizis con Chang6 por los brujeros de Cuba, encajan en una interpreta- ci6n heli6tica del mito solar de Ile IfW. El Isismotiv de Yemayi queda cumplidamente interpretado mediante las criaturas del pante6n egipcio. En esto, no obstante tal vez haya algo mis important que una influencia por contaminaci6n o por extension de tradiciones, como se nos pudiera argumentar. El gran naturismo de los mitos solares es, en casi todas parties, padre del mismo ciclo mitol6gico. Las causes mitop6yicas de la region del Nilo, por razones identicas, acaso fueran semejantes si no iguales en el Niger. Pero tambien es de no olvidar el influjo de las civilizaciones egipcias en las lucumies. Necheb Lucina, de la que los griegos y romanos hicieron una patrona de las parteras, como entire nosotros Obatala, fue llamada tambien Hat- Hat, que quiere decir "la muy blanca", y se la llamaba asi por raz6n de la luz blanca de la luna, o por raz6n de la insignia real del Sur, que consistia en una tela de color blanco, con la que esta muchas veces adornada (Dumichen: "Geografia del Antiguo Egipto", en la Historia Universal de Oncken). En esa misma monografia hallamos las descripciones de otras caracte- risticas de Obatala y de Odudui. "De suerte que Chnum, dice una de ellas, llamado tambi6n Chnum- Ra, que crea en la material eterna, la mezcla y junta y le da forma: la fuerza divina que anima y conserve lo que aquel ha creado; Neit o Nebuu, el todo en que se hace aquella creaci6n; y el joven Kahi, product de esa generaci6n formaban la triada venerada en Seni, cuando 6sta era metr6poli del tercer distrito del Alto Egipto". Refiriendose a la misma Neit dice: Esta diosa, segin la antigua tra- dici6n egipca, era la gran diosa de la Naturaleza, el principio feme- nino en el cosmos, y como tal era identica a la tebana Mut, la gran