FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA culados; o bien Ilegar a una interpretaci6n mis radical de la cuesti6n: que de la identidad de causes ha nacido la identidad de los efectod. Pero esto, levado al extremo, seria como aquel razonamiento sobre el cilculo de las probabilidades, que dejando caer todos los tipos de una caja de componer sobre una mesa, el azar decretara la formacs6n de una pigina de la Eneida o del Quijote. E1 pez nyana, el cocodrilo tan repetidamente apareciendo en los mo- tivos rituales y en las tradiciones con identico caricter, la serpiente que quiere ser simb6lica, el traje blanco de Obatala, la triada en ciernes, que vemos entire los lucumies y los bajo egipcios, son indicios que casi resultan hilos conductores, a traves del laberinto complejo de las tradi- ciones milenarias. Se nos dira quiza que el Niger es para los habitantes de Bamako e Ibadan lo que el Nilo para los vecinos de Tebas y Siena, o el Ganges para los de Benares o el Yang-Tze para multitud de naciones chinas, sin que esto signifique un origen comfin para lucumies, egipcios y chinos. Seria conducir al absurdo las suposiciones, amarrar las hip6tesis. Pero si es possible suponer, porque es legitima la conjetura, que o bien en el Egipto hubo una fuerte inyecci6n de mitologia negra, o que la egipcia toc6 la de Oy6. Aquellas sociedades no pudieron ser ajenas al influjo de las creencias de pueblos que eran en ellas como sedimentos, como terrenos primaries, de toda una narraci6n social. Si hubo una oleada mediterranea, si se reconoce que de los Grandes Lagos remont6 hacia Tebas una linfa de pigmentaci6n oscura, hay que reconocer que no iba a existir precisamente, porque estin para negarlo bechos actuales, un polinomio donde 6nicamente el termino negro tenia sign negative, y cuya cantidad era igual a la de los elements cuantitativos y de signo positive de las otras procedencias, mas poderosos para redu- cirlos a cero. El valor negative, sin embargo, no se anula cuando no existe uno positive. De esta manera la destrucci6n del uno lo es tambien del otro. PPor qu6 no reconocer, como en las sociedades de America, valores positives' para todos los terminos de la ecuaci6n? AdemAs, no es un hecho ignorado que sobre la Sirte y a traves del De- sierto, hubo propagaci6n de cultural egipcia hasta el Niger; y que en ondas, por percusi6n, tambien las tradiciones han debido de pasar del pais bantu de los Grandes Lagos, a los semi-banties del Golfo de Guinea. 11 desierto, aunque un gran obsticulo, no era tan considerable para im- pedir su travesia. Su magnitude no era la del Oc6ano y tampoco los bosques del Africa Ecuatorial constituian una muralla infranqueable. La historic nos demuestra lo contrario, con las migraciones songais y con las incesantes que se han manifestado en todo el curso del desarrollo de Africa. El criteria cerrado de los que sustentan la generaci6n espontinea de las civilizaciones egipcias ya no es acceptable. No se trata de una sociedad aislada en el Valle del Nilo, sino de un organism vivo que se expan- siona siguiendo la linea de menor resistencia, y que admite la pene- traci6n de otros elements, indudablemente tambi6n la asimilaci6n de los mis inferiores, y, por tanto, mas adaptables. En sociologia, existe la capilaridad y la porosidad de los cuerpos sociales. Lo que no es admi- sible es la existencia de pueblos, de naciones enteras, cuyos components individuals sean estatuas de Condillac. Esto seria la negaci6n de los