9,Sfudacci Los PUEBLOS Y LA GEOGRAFiA Eurasia, como nombre del segment continental, es, para la mente, a despecho de su indudable valor cientifico, una expression artificiosa. Onginalmente, no se empleaba el nombre de Eurasia, sino el adjetivo euroasidtico, como distinci6n de una de las castas de la India Portuguesa, resultante del mestizaje de los lusitanos y los indios. Mis tarde, se extendi6 a otras dependencias europeas de ese subcontinente. Es probable que comenzara a emplearse en Ceilin, en donde sirve actualmente para designer a los individuos mezclados, de portuguis, ingles y holandes, e indio. Del uso del adjetivo se pas6 a la creaci6n del nombre de Eurasia, designando ya la masa de la lit6sfera que comprende a Europa y Asia, el continue terrestre, que abraza a los continues hist6ricos de Asia y Europa. Originalmente, sin embargo, Ereb no era mas que la designaci6n del ocaso; Asu, la del levante, en alg6n lenguaje semitico antiguo, que por via de los fenicios pas6 al vocabulario helinico. Ereb produjo Europa, en la deformaci6n que hicieron los griegos, Ilegando a suponer que Ereb significaba cara ancha, ajustando el nombre semitico a uno de sus mitos. Asu, o Asia, era la region de Anatolia (traducci6n helenica del mismo nombre), que se hallaba al levante de los Dardanelos. S61o mas tarde se hizo extensive a todo el mundo asiitico. Las referencias antiguas, que registra la literature homerica, dan el nombre de Europa a todo lo que no sea el Peloponeso y las islas del Egeo. Las imfgenes mentales que a nosotros nos produce la palabra Europa encierran acaso mis una noci6n intellectual que una noci6n geogrifica, o, si se quiere, 6sta es mas vaga que aquella. Para nosotros, aunque no correspond esto a la realidad, Europa es la unidad de la raza blanca, el scenario de la civilizaci6n blanca; y tanto esto es asi, que hasta existe a modo de una resistencia mental a iniciar los studios hist6ricos por el Oriente. De este manera, la India, China y las islas orientales se presentan a nuestra vision como otro mundo, escenarios aislados de un drama de la Humanidad, muy apartadas de nuestra exis- tencia. Incluso el studio de la historic de los judios, que tanto influye en la de Occidente, y de los pueblos vecinos de la habitaci6n de Israel, se hace ripidamente, juzgando que es tema mis propio de la especula- ci6n religiosa la de los descendientes de Abraham, con las relaciones que tuvieron con los demis pueblos de su vecindario. Igualmente, el Egipto, que perteneci6 hist6ricamente a ese mundo oriental, no de-