132 COLECC6N HIST6MCA CUBANA Y AMERICANA Hispano-cubanoamericana, Calixto Garcia fu6 quien decidi6 la aplas- tante derrota de los ejrcitos espafioles, a manos de las fuerzas aliadas cubanonorteamericanas. De triunfo resonant para las armas cubanas, califica con justicia Fernando Portuondo, en su Histoia de Cuba, la toma de Victoria de las Tunas, resumiendo ests operacin asi: "Empleando alganos ca- fiones y unos 1,200 hombres, el general Garcia rindi6 en tres dias una plaza, que disponia de 14 fuertes y estaba defendida por 600 soldados de lines y 200 voluntarios, con dos canones; sin que du- rante el sitio ni en los dias siguientes, acudiera ninguna column espafiola a levantar el asedi o a recuperarla poblac6n". Y exalta la importancia exceptional de esa operaci6n diciendo: "Profunda impresi6n caus6 en el exterior el triunfo de Tunas. En opinion del general espafiol Luque, diez mil hombres debian haber sido nece- sarios para esa operaci6n, dada la fortaleza de la plaza". El Museo Naconal guarda la banders del Regimiento Moncada, que tom6 parte en el sitio y toma de Victoria de las Tunas. BANDERA DEL TENIENTE MIRANDA En el asalto y toma del pueblo de Guimaro -sagrado en nuestra historic revoluconaria por haberse reunido alli en 1869, la Asamblea de Representantes del pueblo libre de Cuba, y promulgado la pri- mera Constituci6n de la Repfblica en armas- se registry un caso de heroismo exceptional, protagonizado por an joven teniente liber- tador, abanderado del Cuartel General: Luis Rodolfo Miranda. Al dar el coronel Mario G. Menocal, en persona, la orden de ataque a la toma de Gonfau, el 17 de octubre de 1896, sobre la que se alzaba uno de los fuertes que defendia la poblakdn. v lanzarse los mambises a la pelea, refiere el capitan Anibal Escalante Beat6n, en su citado libro Calixto Garda, su canpaia en el 95, "el ataque se hizo en extreme violent y la acd6n de nuestros hombres fue tan vigorosa, que en menos de dies minutes de lucha gigantesca, Is banders de la estrella solitaria se vi6 tremolar victoriosa en el tope del fortin, que tan fdcilmente se hubiera de tomar. El teniente Mi- randa, abanderado del Cuartel General, que habia sido uno de los oficiales voluntarios que se habian unido al coronel Menocal, le cupo el honor de ser de los primeros en Ilegar al fuerte Mella. colo- cando la ensefia tricolor en dicho basti6n cuando aun se estaba en pleno fragor del combate. Cuando Calixto Garcia se enter de este rasgo de valor singular, su admiraci6n y asombro, al mismo tempo, le hicieron exclamar: "IHay un Dios para los locos!" Aquel Teniente termin6 la Guerra de Independencia con el grado de omandante, y en la Repiblica -ciudadano ejemplar- ha sido mantenedor fervoroso de los ideals y principios revolcionarios y rememorador de nuestra epopeya libertadora, en general, y en par-