130 COLECa6N HIST6RICA CUBANA Y AMBICWANA en 1946, Tarja de bronce: Serafin Sdachez a trieds de sa siglo. Ya lo dice Don Gerardo en las palabras iniciales de sl segunda de dichas obras: "Acercatme a Serafin Snchez es oficiar en altar que depura... Este var6n villareflo es de los que deben perdurar, por- que fuC puro, romintico, tesonero; un mistico del ideal indepen- dentista; arquetipo de moral, deber y dignidad, que luchando se clav6 en la cruz cada dia pot la emancipad6n de Cuba". No puede trazarse en menos lines retrato moral y patri6tico mis acabado que este. Y sabido es que Gerardo Castellanos esta may lejos de la pala- breria pomposamente vans, y su pluma s61o ensalza a quienes, des- pues de pasar por el tamiz revalorador de su investigation y so cri- tica, han salido limpios de tods micula. Tal a Serafin Sinchez. Nacido en Sancti Spiritus, la guerra iniciada pot Cspedes en La Demajagua lo encontr ejerciendo de maestro en Mor6n, con 23 afos de edad, incorporandose el 6 de febrero a sl Revolucin, con 45 patriots mas, y por acciones de guerra f ascendiendo, grado a grado. Hace resaltar Castellanos que el heroism d este hCroe sin tacha y sin miedo, no se limit a sl lucha armada, sino que resplandec6 tambidn, "cuando el c61er despiadado azota a las fis libertadoras, produciendo hecatombes que arrasan y ponen horror en las alms mis firmes, porque se trataba de un enemigo invisible, traicionero, que ataca con armas invencible". Y relate el primero de los historiadores de nuestra epopeys libertadora, que en el campa- mento de Guanales, ante lo desesperado de la situaci6n, el general Angel del Castillo pidi6 algunos valientes, no par enfrentarse con los espafioles, sino para "que se hicieran cargo de enterar y curar enfermos... Serafin se ofreci6 para la macabra tarea de servir a los colericos". SAl producirse el Pacto del Zaj6n, Serafin tenia 32 aios y el grado de Coronel: "diez afios de actividad guerrera, casi desnudo, sin armas, sin mauniciones, siempre frente at enemgo; sin sueldo, sin retribuci6n alguna". Aquel pacto lo flagel6 con este anatema: "El Zanj6n fue e eel fondo una cobardia, en la formal una vileza y e sus funestos resultados una taici6n execrable contra Cuba". Bi puede hermanarse, en esta viil protest, Serafin Sinchez con An- tonio Maceo. Y por aqu6e tambin es dable decit qe la Guerra del 95 fue continua6n de la del 68. Leal a sus sentnmienm y pea- mientos, el 9 de noviembre del 79, ya estaba pronunado de nuevo en so pueblo natal. Fracasada la Guerra Cbi#ita, emigr6 a los Es- tados Unidos, pero s61o en situad6n de disponibilidad, presto a lanzase de nuevo a I pelea y en contact ninterrumpido con Mi- ximo G6mes. Se establece en Cayo Hueso el afio 1891, y desde que llega Mart, "Serafin es de los que lo espera, abraza y pone a so servicio so coraz6n y su espada", de tal modo identificado, que en el proyecto de invasion de l Isla conocido por el Plas de la Fer- wandina, tuvo la misi6n de "encender la guerra en Las Villas". Ya Cuba en pie de guerra, es "el alma military y organizadora de sl