BDANDERAS OPICIALIS Y BEVOLUcIONARIMS DE CUBA Maceo, confesando que al entrar dste y Miximo G6mez con sus fuerzas en Hoyo Colorado, "los voluntarios entregaron sus armas, quedando en ibertad". Miguel Angel Carbonell recoge de fuentes hist6ricas absoluta- mente veraces, various de los mis tipicos casos reveladores de la mag- nanimidad del heroico jefe mamb, tanto en Is Guerra del 68 como en la del 95. Nos limitatemos a citar dos de la primera de dichas contiendas. El 4 de febrero de 1878, en la victoriosa acci6n de las Ilanadas de Juan Criollo, en la que Maceo caus6 cerca de 300 bajas al colonel espaiol Sanz Pastor, hiza pisioneros al 27 soldados y un official, el coronel Gregorio Corofo Hach, todos los cuales fueron devueltos al campo espafoL Ese mismo afio, al tener Maceo cono- cimiento, el 4 de marzo, en sn campamento de Barigna, de que se proyectaba asesinar a Martinez Campos, escribi6 al general Flor Crombet una enrgica carta oponindose a dicho proyecto, po en- tender que "los cubanos, con ese hecho, se hatran pequenos, y en particular escribi a ousted temiendo que su nonbre se confundiese con los de aquElios que no presentaron el cuerpo a las balas y que apelan a tan reprbable medio... lenmoe de indignac6n cuando lo supe, y dije que aqllos que quisiesen proceder mal con este senior, tendrian que pisotear mi cadaver; no quiero libertad, si unida a ella va la deshonra". Este Maceo, de grande y generoso coraz6n, es el mismo que afronta impavido, el prmero en la pelea, siempre a la vanuardia de sus tropas, las alas espaolas; el estratega y el hiroe de esas hazafias memorables que esmaltaon so hoja de servicio en la Guerra de los Diez Aos: la toma de Arnonia; las derrotas de los coro- neles espaiioles Campillo y Huerta, en Majaguabo y Rejond6n de Biguanos, respectivaente; las acciones de Ti Arriba, Loma de la Galleta, La Indiana, los Indios, Mejia, Naranjo; los combates de Loma del Gato, La Estacada, Melones, cercanias de Palma Soriano y Canto Baire, Ilanada de Juan Mulato y Caobal; los ataques a Ji- guan, Manzanillo, fuerte Le Demajagua, Gibara, Sagua de Tinamo, aracoa; y, en Is guer de 1895 basta dtar, por todas, la campaia de La Invasi6n. La bandera q, como reliqua inapredable, atesora el Museo Na- cional fu6 enaolada por Maceo en muchas de esas memorables cam- pafias de la Guerra Grande, y fau donada al Gobierno de nuestra Rep6blica por el ciudadano senior Tomas Armas yj Castillo, resident en San Jose de Costa Rica. BANDERA DE SERAFIN SANCHEZ Uno de los libros que sobre nuestras luchas libertadoras. ha es- crito con mis fervor patri6tico nuestro gran historiador, Gerardo Castellanos, es el que consagr a Serafin Sanchez, o mejor dicho, los libros, porque en 1926 public Us Paladin: Seraffn Sdcbez, y