BANDU.&S OPIaALES Y KEVOLUCIONARIAS DR CUBA Pobladones enters de La Florida --Cayo Hueso y, Tampa, espe- cialmente- Ilegaron a converfirse en tierra cubana, en baluartes revolucionatios durante los as de conspircn y propaganda de la Revoluc6n de Marti y durante toda esta, done imperaban los emigrados cubanos, a tal extreme que, segin refiere Gerardo Cas- tellanos, el mciimo histoiador de las emigraciones, en su libro Destellos Hist6ricos, "no permitian a ningin espaiol pisar el suelo del pefibn", y cuando los norteamericanos de Cayo Hueso "hicieron venir rompehelgas espaioles", los cubanos se declararon en huelga, amnazando abandonar el islote, hacia Tampa, Jacksonville y otros lugares; lo ue aprovech6 la Cimara de Comecio de Ocala "para atraerse el nco comercio del tabaco, ofreciendo terrenos, casas, cre- ditos, today case de vetajas, a los que fuesen alli a estabecerse". Asi "brot un pueblo", al que pusieon el nombre de "el primer emigrado, el mas grande y quendo: Marti". Y surgi6 Martl City. Tuvo vida efimera: de 1892 a 1896, pues al estallar la guerra, a pelear r Cuba Libre se lanz6 casi toda la poblaci6n. Dice Caste- lanos que "en sus viajes de regreso a Nueva York, Marti siemre se detenia en esta colonial, y aunque disponsa de pocas horas, v taba los talleres pronunciando arenas de alento. La bandera que se guard e eel Museo Nacional denominindola "de Marw City, y segin informaci6n que nos ofrece el director de dicho establecmiento, doctor Antonio Rodriguez Morey, ful des- plegada en dicha poblaci6n, "or prime vez, por los miembros del dub patri6ico cub General JordA, el 10 de octubre de 1893, con motive de la visit del delegado del Partido Revolucionario Cubano, Jos6 Marti, siendo ms tarde utilizada por 6ste en so propa- ganda revolucionaria en los Estados Unidos". Hay una cart de Marti a Sotero Figueroa, la que Flix Liaso (Epistolaio de Jose Mari, La Habana, 1930, t. II, p. 222-224) sita en fecha "Noeva York, octubre, 1893", la que se refiere a ese discurso pronunciado el 10 de octubre, que Figueroa le pide para publicarlo en Patria, y el Ap6stol le contest: "...levantado ya de la enferme- dad pasajera, para tnevas laborers, estas le mando, como discors mejor que el ya pasado, en vez de las palabras que s6lo con gran violencia podria recorder ahora. Como la lava salen del alma las palabras que en ella se crian; salen del alma con fuego y dolor. Ioras despus, ain chispea el discurso y resplandece, y se le puede tomar vivo, en los surcos qu abri6 al pasar. Dias despues, amigo mio, que es lo que me cede ahora, el quehacer grande y present, se leva las palaras que en la hora agitada pudieron parecer bien. Ssembrar ia y mtodo, pero que luego, ante el sol ,ante el alma encendida, ante la march fire y silenciosa de tanto leal como Ie queda a6n a nuestro honor, no es ms, amigo mio, que ccaara y pavesa... Lejos, muy lejos del talado extranjero eba mi pensa- miento real, y' mayor obligaci6n: mi discurso, aquella noche, era ela mism...