126 COLECCSIN HIST6RICA CUBANA Y AMIEICANA de un movimiento revolucionario independentista, esperando que sus compatriotas, ya en posesi6n de elements bilicos, secundaran el movimiento. El punto elegido para el desembarco lo fue la vieja ciudad de Baracoa, cuna de numerosos patriots, donde residia en aquella 6poca el doctor Francisco Hernindez, hermano de Jose Elias. En efecto, el 19 de octubre Ueg6 a dicha poladi6n, a bordo del pailebot Jobn E. White, con el falso nombre de Mr. Emesto LCoste, al mismo tiempo que arribaba, pasajero del Charles T. Smitbh, el joven Juan Enrique Flix. Este desembarc6 inmediatamente, avisan- do al doctor Hernindez, quien visit a Estrampes, y ya en tierra al dia siguiente, logtaron el desembarco de las annas y su ocultamiento, auxiliados por un patriot de la localidad, Antonio Cerlia. La falta de precauci6n de este y las indiscreciones que cometi6, levantaron las sospechas de las autoridades espafiolas, que no tu- vieron que esfozzarse much en la b6squeda de Estrames y Felix, pues fueron denunciados, asi como Cerulia y otros paotas verda- deros, por el malvado Hernindez. Presos e midada la causa corres- pondiente, ocurri6 el dia 27 la muerre violent, a manos de sus guardadores, de Cerulia. En Baracoa, Estrampes neg6 los hechos que se le imputaban y su personalidad real; pero, trasladado a La Habana, con valentia y dignidad, dedar6 ser certo que abrigaba el proyecto de independi- ear Isla, separindola de Espafa, "formando para ello un partido mixto de espafioles y cubanos", e impedir su venta a los Estados Unidos, de modo que el gobierno norteameicadp, cuando de ello se tratase en finme, taviese que enfrentarse, "no con Espa a, sino con Cuba Libre". El consejo de guerra conden6 a Felix a diez afios de presidio ultra- marino, y a Estrampes a la pena de muerte en gatrote vil, que fui cumplida, pot negarse este a pedir clemencia al Gobernador, en la explanada de La Punta, el Sabado de Pasi6n, 31 de maro de 1855. BANDERA DE MARTI CITY Marti, que supo como aingn otro cubano, descubrir los latidos patri6ticos de su pueblo, imlsar la formaci6n de estados de opinion, aunar voluntades, organizer y orientar comprendi6 que en las emi- graciones en los Estados Unidos, no contaminadas por el lodo del regimen colonial, estaba lo mis noble y mis puro del alma cubana y la simiente, segura de fertilizer, de la grande y definitive obra revolucionaria que se proponla Ilevar a cao. A ellas acudio. Unidas y organizadas fueron los pilares del Partido Revolucionario Cubano, en las que encontr6 el calor y la ayuda moral y material que necesitaba. Los "pobres de la tierra", con los que el ech6 su suerte, le respondieron, en vida I despuds de sa ascension a la inmortalidad, en la sabana de Dos Rios.