100 COLECCI6N HIST6RICA CUBANA Y AMERICANA conspiraciones, rebeliones, expediciones, revoluciones y guerras con- tra la metr6poli espafiola, que se sucedieron desde la conspiraci6n de los vegueros de 1717 y 1723 y las de los esclavos africanos hasta las grades contiendas de 1868, 1879 y 1895, que ban merecido set consideradas como nuestra Guerra Libertadora de los Treinta Afios; y que esa etapa de lucha abierta y continue de Cuba, durante cerca de dos siglos, represent la firme e inquebrantable voluntad del pueblo cubano de conquistar su independencia, el mis grande de los heroicos esfuerzos y sacrificios populates con ese fin realizados en Amrica. Como ya expusimos en anteriores capitulos, los comienzos de esos movimientos revoluconarios independentistas se hallaron hudrfanos de efectivo respaldo popular y hasta del apoyo de alguna determi- nada clase de nuestra sociedad, ya que no se habia plasmado todavia una concencia revolucionaria independentista. Son casos aislados ersonales, pero que revelan Ia existenia de una general repulsa al despotisno espaniol y la b6squeda de caminos que conduzcan a un dima de libertad, cultural, avilizaci6n y justicia. Algunos de esos movimientos revolucionarios, son impulses del exterior, que en- cuentran escaso eco en la Isla, y contra los cuales se pronunci, en 1824-25, desde El Habanero, Flix Varela, predicando la necesidad de que la Revoluci6n se hiciese con elements del pais, con la debida preparaci6n, organizaci6n e ineludible union de los disperses y a veces antag6nicos elements revolucionarios. Pero es necesario reco- nocer que, no obstante estos factors negatives esos movimientos independentistas son escalones que condujeron a I meta de la Guerra de los Treinta Aios; encendidos carbones que avivaron la fragua en que se forj6 la nacionalidad. AI calor de esas causes e influencias se produce la primera y mag- nifica concreci6n de un movimiento separatist armado y formal, que se inicia el 10 de octbre de 1868 y no tiene irmino hasta treinta afios mrs tarde, al cesar por complete la dominadci6n espafiola en la Isla, del que constituyen etapas, frmemente enlazadas entire si, las Revolucionedes de 1868, 79 y 95, conocidas popularmente con los nombres de la Guerra de los Diet Aios, la Guerra Cbhquita y la Guerra de 1895. Si durante ese largo period se produce el Pacto del Zanj6n, inmediatamente la protest de Maceo en Baragui, primero, y la Guerra Cbiquita poco despus, revelan bien a las claras que la gran contienda de treinta afios, al transcurrir los diez primeros, s61lo ha tenido una tregua. que la Isla no esta pacificada y que el cubano se mantiene irreducible en el empefo de abatir el despotismo espaiol y alcanzar su independencia. La primer etapa de nuestra Guerra de los Treinta Afios fue enca- bezada por los grades terratenientes cubanos, quienes no obstante perseguir el beneficio material de conservar la preeminenca de que gozaban, como hacendados y ganaderos, destruyendo al efecto las