76 cCOLECC6N HIST6RICA CUBANA Y AMERICANA taron las hordas de Bobes, saqueando la poblaci6n y asesinando a gran nfimero de sus moradores, entire ellos el padre de Narciso L6pez. Cuenta Jos6 Francisco de Heredia, el padre de nuestro gran poeta, regente de la Real Audiencia de Caracas -de quien dijo Andris Bello que se distingui6 alli "por su humanidad para con los habitantes de Venezuela, tratados por aquellos tiranos y sus desal- mados sat6lites con una crueldad, rapacidad e insulto inauditos"- en sus Memorias sobre las revoluciones en Venezuela, Paris, 1895 (p. 203-204), que la noche siguiente a su entrada en Valencia, Bobes "reuni6 todas las mujeres en un sarao, y entretanto hizo recoger los hombres, habiendo tomado precauciones para que no se escaparan, y sac&ndolos fuera de la poblac6n, los alanceaba como a toros, sin auxilio espirituaL Las damas del baile se bebian las ligrimas, y tem- blaban al oir las pisadas de las partidas de caballeria temiendo lo que sucedi6, mientras que Bobes con un litigo en la mano las hacia danzar el piquirico, y otros sonecitos de la tierra, a que era muy aficionado, sn que la molicie que ellos inspiran fuese capaz de ablandar aquel coraz6n de hierro". El capitin general Cagigal, fue "simple espectador" de aquella matanza, "que dur6 algunas otras noches". Narciso pudo salvarse gracias a un negro esclavo, que lo present a un sargento realist, conducindolo dste a la presencia de su jefe, el canario Francisco Tomns Morales, seguido de Bobes, a quien cay6 en gracia y le ofreci6 sentara plaza a sus 6rdenes. Narciso I6pez acept6 traicionar a su patria native y military en las filas de los que acababan de asesinar a su padre. Como dice Gerardo Castellanos, en Andamas y Atisbos, La Ha- bana, 1925 (p. 127), "este punto es el primer borr6n de su historic. Sali6 de la edad viril siendo traidor". Y el 15 de julio de 1814, el mismo dia en que eran derrotados en la Puerta, Bolivar y Marino, Narciso L6pez mgesaba en el ejrcito realists. Mucho se ha discutido y se continia discultendo sobre esta des- lealtad patri6tica de L6pez. El mismo, asios despuds, pretendi6 justi- ficarla con el agradecimiento hacia Bobes y Morales. Castellanos lo refuta: "Confesi6n inocente, dado que personalmente esos jefes nada pJr dl hicieron, y prueba que estaba en edad de pensar y resolver, y per lo tanto no debia desconocer los crimenes de la dominaci6n hispana". Y Herminio Portell Viii en el tomo primero de Narciso Ldpez y su epoca, La Habana, 1930 (p. 25), obra de la que tomamos la mayor parte de los datos que aqum citamos, no encontrando expli- caci6n ni justificaci6n alguna a esa conduct, dice que "en el fondo de ese proceder inexplicable de Narciso L6pez debi6 haber algin misterio que mantuvo secret a traves de su accidentada vida". Durante asios, permaneci6 en la apostasia. De coronel, recaz6 sla oferta de Bolivar de sumarse, respetandole el grado, a las filas repu- blicanas. Pele6 contra sus hermanos, sobresaliendo por sa bravura, mteligencia y gentileza. Buen soldado espafiol, debe abonirsele a