54 COLBECaN HIST6 ICA CUBANA Y AMBKICANA eo lo que se refiere al moment en que oficialmente se iza a ban- dera de la estrella solitaria en el Palacio de la Plaza de Armas y en El Morro de La Habana. Ella onde6 anteriormente a aquella fecha, en nuestra Capital, como representative del Estado cubano, antes que este quedase ofiialmente constituido. En efecto, el dia 5 de noviembre de 1900, a las dos de la tarde, hora sefialada para iniciar sus sesiones en el teatro de Irijoa, la Asamblea Constituyente que debia redactar y votar la Constituci6n de la nueva Repiblica, fue izada en dicho edifico la bandera ca- bana. Asi qued6 registrado en el primer nfmero del Diario de Se- siones de la Convenci6n, en que aparece la version taquigrifica de esa sesi6n inaugural: "Momentos antes de la apertura, en presence de los sefiores delegados y del pueblo y a los acordes del Himno Naconal, izase sobre el edificio de la Conveni6n la bandera cubana". Y el 10 de mayo de 1902, esa misma bandera, onde6 por vez pri- mera en El Morro de La Habana. Rafael Martinez Ortiz, en so libro Cuba: los primeros amos de independencia, da de este hecho la si- guiente version: "El general Wood, como deferencia (a Estrada Palma), habia dispuesto se izara desde que se avistase el barco en el cual venia el Presidente hasta que fondeara en el puerto. La ban- dera era de la propiedad del General; la misma que habia ondeado sobre la Convencin Constituyente y sobre el Congreso cubano; la misma que debia izarse sobre el Palacio el dia de la entrega del Gobiemo; Mr. Wood deseaba guardaril como reliquia hist6nca de su mando en Cuba". Al teatro de Irifoa, pot el hecho de haberse reunido en 61 la Con- venci6n Constituyente, se le impuso el nombre glorioso de Marti. Pero, ni el haber servido de sede a aquella Asamblea, ni el haber sido el edificio de La Habana en que onde6 oficialmente pot vez primer, nuestra ensefia national, ni el Ilevar el nombre del Ap6stol de nuestras libertades, ban sido motives suficientes para que los diversos gobiernos de la Repiblica, expropiasen ese edifido hist6- rico, dedarindolo Monumento Nacional y consagrandolo a museo. de modo que se rescatase para la Naci6n dicho lugar que debia ser sagrado para los cubanos. A6n puede repararse esa antipatri6tica acitud de todos nuestros gobiernos. Lanzada queda la idea. iQui6n la recoge? Pero, volvamos al 20 de mayo de 1902, no sin antes expresar que el dia 16 le fue ofrecido al general Wood y al ejercito norteame- ricano un gran banquet de despedida en el Teatro de Tac6n, que presidi6 el general Maximo G6mez, correspondiendo a ese agasajo el Gobernador y su esposa con un baile en Palacio. El 18 tuvo efecto una efusiva manifestaci6n popular. El 19 se consagr6 a rememorar la ascensi6n a la inmortalidad, en el campo de Dos Rios, de Jose Mardi. Y desde las 12 de la noche, al iniciarse el dia 20, el pueblo se