LA NORTEAMERICANA DE LAS BARRAS Y LAS ESTRELLAS Inicada el 21 de abril de 1898, la Guerra Hispano-cbaname- ricana --epilogo de nuestra Gran Guerra Libertadora de los Treita Aios- con el envio por el Gobierno espaiol de sus paspoes al ministry norteamericano en Madrid, Stewart L W oodor, o que produjo la ruptura de las relaciones diplomaticas entire ambas na- cones y la movilizai6n military y naval de las mismas, y terminada con la derota total de las armas espafolas pot las fuezzas aliadas de Cuba y los Estados Unidos, estas ultimas prescindieron, de en tonces en lo adelante, de quienes habian sido factors decisivos en la victoria obtenida, negocando directamente, el 16 de julio, con las espaiolas, el annistcio y la capitlacon de la ciudad de San- tiago de Cuba, firmnnando el Trstado de Paz, en Paris, el 10 de diaembre, s6lo los plenipotenciarios de Espaia y los Estados Unidos. Ya desde fecha anterior comenz6 en la Islla epatriaci6 de las tropas espaolas y la sustitui6n, realizada libremente por los mili- tares norteameicanos, de las autoridades en aquellas localidades en que habia cesado el domino official hispano. El 10 de septiembre se reunieron, por primera vez, en La Habana, las comisiones militares espanola y norteamericana de evacuaci6n, integrad a la primera potr el general segundo cabo Julian Gozlez Parrado, el ainirante Vicente Manterola y el licenciado Rafael Mon- toro. Marques de Montoro, secretario de Hacienda del gobierno auton6mio, actuando de secretario el auditor Manuel Girante y de interprete el comandante J. Benitez; y la segunda por el almirante William T. Sampson y los mayores generals James T. Wade y M. C Butler, figurando de secretario el general J. W. Clouds, y de interprete el capitan Hart. Comenzaton a legar a la Isla las personalidades norteamericanas destinadas a ocupar los altos cargos administrativos, sus familiares y, auxiliares. No obstante las incertidumbres sobre el porvenir de la patria, el pueblo se dispuso a festejar el cese de la dominad6n espafola y el inico de la etapa, que esperaba fuera provisional, de la interven- i6n, antesala de a Republica. Al efecto, el Comite Patri6tico de La Habana solicit6 atoizaci6n